martes, 22 de abril de 2008

El arte de cerrar los ojos







Hay veces, cuando cierro los ojos, que puedo verte. Me llamas desde el balcón de una torre que parece descollar en innominables alturas. Me sonríes con esa dulzura que solo tú puedes presumir, tus labios finos y claros, tus ojos negros, profundos, me pierdo en ellos, tu cuello enhiesto y altivo como la sublime torre desde la cual me llamas, tus oscuros cabellos cayendo como brisa sobre tus hombros. Si, te puedo ver. Magnífica, gobernando ese mágico conglomerado de ducados de oníricas fantasías, tan tirana, tan duquesa, tan emperatriz, tan dictadora, tan princesa. Ni las aves pueden volar tan alto como para acercarse a la sima de la estructura desde la cual me convocas, con excepción de las águilas, arrastrándose por tus territorios, transportando tus deseos para hacerlos cumplir cual omnipotente deidad.
Tan solo basta cerrar los ojos y encontrarte ahí, hilando destinos, moviendo constelaciones, pastoreando estrellas, dirigiendo el tiempo al compás de tu batuta, ordenándole al viento que me arrastre hasta ti, a la luna que haga claro mi camino, al cielo que no me trague vivo, y a la tierra que se aleje de mí. Debo admitirlo, cierro los ojos muy seguido, es mi hábito, mi obsesión, mi adicción.
Amo esos ojos tan abismales en los que puedo sumergirme miles y miles de leguas. El color de tu piel iluminada por la perpetua luna llena que brilla sobre tu torre. El modo en que tus cabellos de ébano caen amorosamente sobre tus hombros. Tus sonrisas, tan finas, tan bellas, tan tuyas.
Y al abrir los ojos, sigues aquí, acostada del otro lado del colchón, boca arriba, con un camisón transparente –puedo ver tus pezones- y sigues bella, pero al natural, sin magia, tan real, tan sin chiste. Tu respiración profunda, tu aroma a canela, tus delgados labios, tu ombligo descubierto ondulante al ritmo de tus suspiros.
¡Suficiente! Cerraré los ojos ahora mismo.

1 comentario:

La musa enferma dijo...

jajajajajaja... muy bien... jajaja muy muy chévere... :)