viernes, 24 de abril de 2009

Trueques


—¡Daría mi brazo derecho por un cigarrillo! —dijo el hombre frente al hospital, luego de haber visitado a su madre enferma.
Y una mano le alargó una cajetilla para que tomara uno. Tenía su dueño una mirada suplicante, una sonrisa anhelante y el brazo derecho ausente.

2 comentarios:

Ada Medina. dijo...

Sin duda el cambio valio la pena,y te aseguro que de volver a hacerlo este manco lo repetiria sin chistar.

Yo tambien quiero otro brazo.

santamaria dijo...

Malditos vicios, que tonterias nos hacen decir.

Me quedo leyendote.