Mi psiquiatra no sabe quién soy, y ha decidido que no tengo
ningún remedio. Mi psiquiatra no me conoce, pero ya ha perdido las esperanzas
en mí. Mi psiquiatra no recuerda mi rostro, y aún así cree que no puede hacer
ya nada conmigo. Mi psiquiatra es un pendejo, mamón arrogante, así que creo que
le clavaré un desarmador entre las costillas mientras duerme. Le he robado sus
llaves y le he seguido a su casa…
Creo que el pendejo de mi psiquiatra tenía razón sobre mí,
bueno ya es muy tarde para reflexionar sobre eso, lo que me importa ahora mismo
es ¿Cómo me deshago del cuerpo? Y en dado caso que no pueda hacerlo ¿Cómo culpo
al perro fox terrier?